OFRENDA MACEDONIA: UN CORAZÓN GENEROSO QUE CONSTRUYE EL LEGADO DE SION.

La historia del pueblo de Macedonia nos deja una de las enseñanzas más profundas sobre la generosidad. Aunque vivían en medio de gran necesidad, su corazón estaba lleno de disposición para dar. No dieron de lo que les sobraba, sino de lo que no tenían, y lo hicieron con alegría. ¿Por qué? Porque su tesoro no estaba en lo terrenal, sino en Dios.

En Casa Sion vivimos una temporada de promesa. Dios ha hablado con claridad: nos ha entregado una tierra, y sobre ella edificaremos no solo estructuras, sino una ciudad espiritual, una herencia para las generaciones. Pero esta promesa nos lleva también a un desafío: crecer en generosidad.

En semanas recientes, nuestro pastor Moisés Cerpa predicó acerca del corazón y cómo este se relaciona con nuestra manera de dar. Nos recordó lo que Jesús dijo:“Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”Nuestro llamado no es solo construir un auditorio, sino edificar una cultura de entrega, donde lo que damos esté alineado con lo que creemos.

Hoy, como iglesia, somos invitados a tener el espíritu de los macedonios: a dar con fe, con alegría, con esperanza. La primera construcción del campus Sion, nuestro primer auditorio, no es un simple edificio; es una declaración visible de lo que Dios está haciendo entre nosotros. Es el lugar donde muchas vidas serán tocadas, muchas familias restauradas y muchos corazones rendidos a Cristo.

Que nuestro corazón esté en la obra de Dios. Que demos no por obligación, sino por convicción. Y que juntos levantemos este legado no solo para hoy, sino para los que vendrán.

Casa Sion, este es nuestro tiempo. Esta es nuestra oportunidad. Esta es nuestra promesa.