365 DÍAS DE PROMESA

Nuestro Dios es de promesas, pactos y verdad. Ya contamos 9 años del nacimiento de Casa Sion, cuando en el corazón de nuestros pastores se incrustó el sueño de formar una Iglesia de Amor, Excelencia y Verdad; una comunidad que busca a Dios por sobre todas las cosas, predicando el evangelio a nuevas generaciones con una visión moderna, bíblica y Cristocéntrica.

Hoy la alegría nos invade, al recordar que hace 365 días se anunciaba en nuestras transmisiones en vivo el proyecto “Una casa para Sion”. Eran tiempos de sembrar una visión, y confiados en la fidelidad de Dios, esperar a cosechar el fruto de tantas oraciones y trabajo.

CONFIADOS EN SU FIDELIDAD

“Cree que ya has recibido todo lo que estás pidiendo en Oración y lo obtendrás”. Marcos 11:24.

En Casa Sion creemos esta promesa de Dios y la tomamos como nuestra. Nos emociona ver cómo Él hace todo posible, ¡Y de qué manera tan grandiosa!

A lo largo de este año hemos sido testigos de cómo la congregación crece y su obra se extiende en los corazones de tantos que han encontrado su hogar en Casa Sion. Cada paso que hemos dado ha estado guiado por la fe y la determinación de construir un hogar espiritual para el Valle de Colchagua. Cada oración ha contribuido a edificar este sagrado espacio que ahora llamamos nuestra “Casa Sion”.

EL VALLE DE COLCHAGUA, ¡PARA CRISTO!

Al mirar hacia el futuro, mantenemos viva la llama de la esperanza y la visión que nos guía. Que estos primeros 365 días que han transcurrido desde que anunciamos esta maravillosa noticia sean sólo el comienzo de una nueva etapa llena de bendiciones, crecimiento espiritual y una conexión más profunda con nuestra fe.

Creemos que si seguimos trabajando para extender el reino de Dios en el Valle de Colchagua, Dios seguirá manifestando su bondad y todos nuestros caminos brillará la luz, tal como dice su palabra, seguiremos obrando en fe, en amor, en excelencia y verdad para que cada sábado sigamos creciendo.

Hoy somos aproximadamente 120 personas reunidas cada sábado para alabar y honrar a Dios, y estamos agradecidos, pues seremos muchos más y veremos cómo la gloria de Dios se extenderá por todo el Valle de Colchagua.

Que la Casa para Sion siga siendo un faro de luz y amor, guiando a todos los que la visitan hacia la presencia de Dios.

Que todo lo que respire alabe al Señor, ¡Aleluya! Salmo 150:6